Anatomía de una caída
Justine Triet, 2023
Llevarse la Palma de Oro de Cannes a menudo es sinónimo de calidad, pero no siempre. Anatomía de una caída la ganó, adquirió mucha notoriedad y había que verla.
La película gira en torno a una trágica y súbita muerte acaecida en el seno de una familia que vive en una casa en los Alpes. En realidad el film arranca con la madre de la familia siendo entrevistada por ser una escritora reconocida, mientras que al fondo se oye una pegadiza música con steel drums y ritmos sampleados. Pocos minutos más tarde el padre aparece muerto tirado en la nieve delante de la casa.
A partir de ahí, la directora Justine Triet nos va desbrozando la desintegración de la aparentemente normal vida de una familia medio cultural. La madre (la actriz alemana Sandra Hüller, que también era protagonista de La Zona de Interés) es una escritora bastante centrada en si misma. El hijo (interpretado por Milo Machado-Graner) es un alma sensible prácticamente ciego y que toca el piano con habilidad. Del padre iremos descubriendo que es un escritor frustrado, cuyo sueño era construir una casa familiar en su lugar de origen en las montañas.
La investigación de la muerte se convierte poco a poco en la autopsia de una familia, de sus luces y sus muchas sombras. De las motivaciones de cada uno, de las pequeñas mezquindades, de las cuitas de pareja. Intentar comprender si el padre se suicidó o fue asesinado podría haber dado lugar a un thriller de toda la vida... en manos de Triet se convierte en un psicoanálisis de constelaciones familiares.
La relación entre madre e hijos se deteriora, la llegada de personajes externos (un abogado enamorado de su defendida, una representante judicial que protege al niño de influencias externas antes del juicio) no hace más que enturbiar lo que hasta unas semanas antes era una vida normal.
Es una película con muy buena dirección actoral, con un buen planteamiento y que se deja ver con interés. A ratos se hace un poco lenta o aburrida, pero siempre hay algo interesante que descubrir en la ciénaga del amor. El ambiente me recordó un poco al de As Bestas, familia aislada, sueños rotos, una aparente normalidad que se ve rota... Pero si en As Bestas el espectador sentía auténtico terror, en Anatomy of a Fall uno siente un cierto pudor, porque la toxicidad de esa familia no es muy distinta a la de cualquier otra familia. Las cosas que se dijeron y no se pueden borrar y las cosas que nunca se dijeron.
Algunas escenas son un tanto pueriles, y otras son magistrales. Se podría decir que es un Thriller Freudiano o algo. Se deja ver, pero sin duda carece de esa dimensión artística de alto nivel de La Zona de Interés.
No está mal, podrían salir más tías buenas y más persecuciones de coche.
Le doy