Brian Eno: Ambient 1 - Music for Airports (1978)
Estilo: Ambient, Experimental, Minimalist
Sello: Polydor
Precio pagado: 20€ (copia buena, portada con manchurrón de DYC)
Nota: 10/10
Nostalgia: 10/10
[Wikipedia](https://en.wikipedia.org/wiki/Ambient_1:_Music_for_Airports)
Brian Eno era el flacucho con cara de listo y alas de ángel que aberraba con su sintetizador EMS en la grandísima banda Roxy Music (pronto, pronto aquí). El tío, no sé si por falta de olfato comercial o porque es un genio, dejó Roxy Music en 1973 después del tour de _For Your Pleasure_ y se estableció por su cuenta. Sus discos iniciales eran una búsqueda entre el pop y la experimentación, destacando _Here Come The Warm Jets_. Pero enseguida se dedicó a la música más experimental y árida.
Su disco _Discreet Music_ fue el primero donde empezó a crear espacios sonoros destinados a una escucha no pop y no bailable. Sonidos como parte del entorno o del paisaje, lo que ahora se conoce como Ambient Music.
>The inspiration for this album began when Eno was left bed-ridden by an automobile accident and was given an album of eighteenth-century harp music by a visiting friend, Judy Nylon. After she left, according to the Discreet Music liner notes, Eno inadvertently played the harp album almost inaudibly, which "presented what was for me a new way of hearing music — as part of the ambience of the environment. Nylon recalled the event differently: "I put the harp music on and balanced it as best as I could from where I stood; [Eno] caught on immediately to what I was doing and helped me balance the softness of the rain patter with the faint string sound for where he lay in the room. There was no 'ambience by mistake'."[6][7] Eno related another version in a 2011 interview: "[Nylon] put a record on and then left. The record was much too quiet but I couldn't reach to turn it up and it was raining outside ... I suddenly thought of this idea of making music that didn't impose itself on your space ... but created a sort of landscape you could belong to".[8]".
Discreet music fue creado con un sintetizador EMS y un tape echo, en loops eternos que evolucionaban por si mismos y que nunca decaían en interés.
Eno siguió experimentando y se juntó con los maravillosos Cluster, unos de los más listos del krautrock. Y después de otros trabajos por fin lanzó este disco que para mi es absolutamente esencial.
Quiero dejar claro que yo llego muy tarde a Eno, al que conozco casi de oídas desde su trabajo con David Byrne y de cosas de los 90, pero nunca con demasiada profundidad. Al ambient no llego tarde pues estuve metido de lleno en ello desde los primeros 90. Pero este disco ha pasado directamente a clásico entre los clásicos en los últimos años.
Se trata de un trabajo muy conceptual, con cuatro temas (dos por cara) de texturas evolutivas de sintetizadores, piano y voces. Pero lo que hace maravilloso este disco es que las canciones (o al menos algunas) están realizadas con loops de cinta de audio. Eno creaba loops con algunas notas en una determinada escala, luego añadía silencios de duración múltiplo de la duración del sonido y dejaba correr las pistas. Cada loop de cada sonido o frase tenía una duración diferente, de modo que las melodías se van superponiendo de forma polirrítmica y casi eterna.
El efecto es absolutamente hipnótico y de una belleza total.
El otro día me echaba una siesta en las islas griegas y me puse esto. De repente desperté con el mejor tema que está realizado con loops de voces que sostienen una nota diferente en cada uno. A medida que avanza el tema se forman acordes de las voces, algunas veces disonantes, otras que parecen perfectamente diseñados con intención. El efecto es frío y relajante a la vez. Mientras se activaba mi neurona pensé "joder, esto es lo que se oye en los primeros cinco minutos después de la muerte. Tranquilidad, eternidad y nostalgia".
Nunca me había pasado, pero esa misma tarde leí sobre el álbum y Eno decía precisamente que el disco habla, en parte, de la muerte. Habla del vacío antes de volar, de la ansiedad y de la contingencia. Y de alguna forma, 45 años después esa intencionalidad me llegó nítida a las islas griegas. El mensaje había sido recibido.
Estoy escuchando el disco mientras escribo esto y me genera sentimientos de tranquilidad y también nostalgia por el tiempo perdido y las ausencias futuras. Es muy extraño.
Hoy en día realizar música así es casi trivial. En aquella época era una tarea de orfebrería. Y desde luego conceptualizar que cuatro loops de cintas de audio puede ser música es de una clarividencia que conmueve.
Ya estáis tardando en meteros un trip sónico de la ostia.