hoy publican algo que tiene que ver (porque se justifican en esto) con lo de prohibir el porno, pero que obviamente apunta a que esa "solución" es un mojón porque no apunta al verdadero "peligro" (al menos, a uno de ellos)
Sophia y Eva cuando tenían 14 años (ahora tienen 16 y 17) tenían un grupo de amigos por Discord —un chat que se utiliza para mantener conversaciones mientras se juega a videojuegos—, y de ahí pasaron a crear un chat grupal en WhatsApp. “Eran casi todos chicos más mayores, iban a pasar a primero de bachillerato... mandaban stickers súper pornográficos, machistas y racistas”, cuenta Sophia. [...]También les mandaban stickers de gente suicidándose o matando a otras personas.
el rollo es que los chavales no tienen criterio y no "saben" que pueden salirse del grupo (incluso si quieren salirse, la presión de grupo les mantiene dentro)
Gil Gijón, profesor de Dibujo de las chicas y conductor del experimento, explica que la mayoría de stickers que comparten sus alumnos contienen imágenes muy violentas, de alto contenido sexual y con abusos, con lo que “están totalmente familiarizados”. “Ya no sienten absolutamente nada cuando se enfrentan a ellos, cuando los ven”, lamenta. Junto a él, María Acaso —de la Complutense— critica que la escuela no ofrece herramientas para poder defenderse de esas imágenes y que, antes de este proyecto (las alumnas diseñaron camisetas reivindicativas, juegos de cartas o murales para visibilizar el problema), no se habían parado a ver la gravedad y el impacto que tiene en su vida.
fijaos que dice "la mayoría", no "todos", o sea, los mezclas con otros totalmente aceptables o "graciosos" que "normalizan" los violentos y tal
“Los stickers no tienen autoría, y por eso los usáis impunemente, el poder de la repetición lleva a la normalización... al final podéis acabar teniendo actitudes machistas o violentas y no sabéis por qué”, les explica Acaso, que expone unos protocolos de análisis para decidir qué se quiere ver. “Se trata de tener una dieta sana de imágenes, asignar sentido a las imágenes es un acto político”, añade.
fijate @lowfour que eso de asignar "sentido" a las imágenes, es justo lo que decíamos el otro día de zizek, "lo real" y "la realidad", o sea, lo de que "la realidad" es "ideología" porque al asignar un "sentido" a lo que ves/percibes, estás realizando ya un acto político (no solo con stickers, con todo en todo momento)
de hecho, casi pongo esto en lo de vexler o zizek precisamente por esto, porque es justo como actúa la propaganda populista cintaspamer, las cadenas de equivalencia son como los stikers mezclando "buenos" con "porno", para que tu "realidad" bascule hacia el lado "magufo", normalizando actitudes racistas, machistas, xenofobas, etc
la crítica que destruye el populismo (aka lavado de sesos)
lo interesante del artículo es que en el insti se han puesto las gafas de "they live" (https://hdlgp.com/d/196-populismo-antiglobalismo-y-otros-ismos-vexler-style/10) que es lo que revela el verdadero mensaje de la propaganda, fijaos:
El proyector lanza contra la pared una imagen en la que se ve un chimpancé sonriendo y debajo la frase “Sábado de irse de putas”. Aitana, de 17 años, explica el análisis que ha hecho su grupo: “Categorizada como machista, normaliza ser un putero, entre los más jóvenes da esa idea de que es un plan guay, y se ríe de la explotación del cuerpo de las mujeres”. Bajo esta misma etiqueta, Sofía (17) expone lo que les sugiere un sticker con la frase “Hoy ya es viernes” sobre la zona genital desnuda de una mujer, donde la O coincide con el ano y la V es la vagina. “Es bastante explícita y la hemos catalogado como porno, patriarcado y sexualización de la mujer. Aparte del machismo, lanza unos estereotipos hacia los genitales femeninos: depilado, limpio, y del color de la muñeca Barbie”. Otra de las chicas de su grupo interviene: “¿Cómo nos puede afectar en nuestra relación con la vulva? Va directo a lo que creemos que se espera de nosotras”.
Sophia y Eva, las dos chicas que hablaban al comienzo de este artículo, tienen claro que cuando consumieron esos contenidos extremadamente violentos con 14 años no tenían el “conocimiento” para abandonar ese grupo de WhatsApp. “No nos hacía gracia ver decapitaciones, pero no éramos conscientes... nos daba igual, por así decirlo. Si pudiera volver atrás me habría salido, pero eres pequeña y no entiendes lo que te está aportando... desearía no haber visto ciertas cosas”, dice Eva.