Diox mio. En qué mala hora he cruzado la Gran Vía un domingo de puente a las 17 de la tarde. Algo inenarrable. Menudo guano, la antiestética, entropía máxima, consumismo tercermundista. La Gran Vía debería ser invadida por Putin y no Ucrania.
He venido con unos amigos suecos y estaban aterrados...