La impresora "whatever it takes"

Cinta_de_Carromero
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Started 2022-10-12
14 posts
Cinta_de_Carromero
Cinta_de_Carromero
2022-10-12
#1

Con motivo de la concesión del premio Nobel de economía a Ben "Helicopter" Bernanke, que legitima académicamente la impresora como herramienta oficial de los bancos centrales, quiero traer de nuevo sus palabras, junto con las de otros dos de los directores de la FED de los últimos 20 años:

Ben Bernanke en un discurso en 2002:


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The U.S. government has a technology, called a printing press (or, today, its electronic equivalent), that allows it to produce as many U.S. dollars as it wishes at essentially no cost. By increasing the number of U.S. dollars in circulation, or even by credibly threatening to do so, the U.S. government can also reduce the value of a dollar in terms of goods and services, which is equivalent to raising the prices in dollars of those goods and services. We conclude that, under a paper-money system, a determined government can always generate higher spending and hence positive inflation.”



A mí me parece muy triste, pero como el caso te lo hacen por el prestigio que tengas y no porque aciertes o no (ahí están bocachanclas como Paul Krugman o Nouriel Roubini, que no dan una desde hace décadas pero no pasa nada porque tienen prestigio), ya se puede decir tranquilamente en las recepciones del embajador que la impresora tiene el respaldo oficial del academicismo económico.

Ya no es algo que se pueda negar, ridiculizar o minimizar, ya no es una idea estrafalaria que se le ocurrió a Andy de Andy y Lucas y que no funcionaría realmente. Pues no, lo que es funcionar sí funciona, es nada menos que la política oficial de todos los bancos centrales del planeta desde 2008 y de Japón desde 1993.

Siempre se acusa a la impresora de que no es viable a largo plazo porque generará hiperinflación, pero la realidad nos ha demostrado que de 2008 a 2020 consiguieron imprimir todo lo que necesitaban pero, como imprimían solo para los ricos, que iban corriendo con ese dinero a meterlo en bolsa y ladrillo para que no llegase a la calle, la inflación no fue un problema. Hubo un amago de inflación en 2011 pero pudieron ahogarla exitosamente en la sangre de los remeros (subiendo impuestos y bajando los sueldos), en un ensayo de lo que vendría ahora desde el verano de 2021.

Después de la primera pandemia en 100 años, del primer arresto domiciliario mundial y de la primera interrupción del comercio mundial desde la II Guerra Mundial, en Estados Unidos decidieron pasar a imprimir también para los pobres y eso generó una inflación de dos dígitos que ahora nos tenemos que comer en el resto del planeta, como pasa con la inflación que ese país exporta desde los 80. De no haber sido por la pandemia, habrían podido seguir imprimiendo mientras mantenían la inflación controlada.

La forma tradicional de controlar la inflación era subir los tipos de interés, pero como los tipos de interés cercanos a cero son fundamentales para sujetar e inflar la burbuja inmobiliaria mundial, entonces da igual que la inflación real sea del orden del 20% (lo que ha aumentado la recaudación del IVA en España, por ejemplo) que los tipos no pueden subirlos lo necesario porque si no el ladrillo bajaría y eso es una absoluta línea roja en todo el planeta. El ladrillo no se toca, da igual lo que pase, las guerras que haya, los países que se hundan, la inflación de dos o de tres dígitos, los combustibles a 2 euros el litro, el gas subiendo un 900%, la electricidad un 500%, la comida un 20-100% etc... haz lo que sea pero el ladrillo no me lo toques porque es donde todos los viejos y todos los castuzos del planeta tienen todo su puto patrimonio metido porque ellos pudieron comprar cuando era barato y desde entonces ha subido todo lo que se hundió el trabajo y la industria, pero ellos viven a costa de las siguientes generaciones que cometieron el gran pecado de haber nacido después.

Solo sobrevivirán los que estén más cercanos a la impresora, como se está viendo en España al reventar como cucarachas a los remeros del sector privado, mientras no paran de subir los sueldos de los funcis y jubiletas que por el contrario viven la _dolce vita_.

Los Estados garantizan con la impresora, con la política del Asiento y con la sangre de los remeros, que seguirá subiendo su 10% anual "_whatever it takes_".

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-"_Alabada sea la Impresora_"

-"_Te alabamos, imprímenos_"

elarquitecto
elarquitecto
2022-10-12
#2

🙄

bueno, esa es tu opinión

Cinta_de_Carromero
Cinta_de_Carromero
2022-10-12
#3

@elarquitecto (post #2) ¿Y el premio Nobel de Economía a Helicopter Ben también es mi opinión?

Que el de Economía se supone que es "serio" (todo lo serio que puede serlo, teniendo en cuenta que es una pseudociencia que pretende explicar con matemáticas lo que realmente es la voluntad del poder), no es como el de la Paz.

Cinta_de_Carromero
Cinta_de_Carromero
2022-10-29
#4

https://elpais.com/espana/2022-10-28/espana-contratara-en-el-extranjero-a-miles-de-carpinteros-electricistas-y-albaniles.html

La impresora de humanos continúa con buen ritmo. Ya incluso hablan oficiosamente en términos mercantiles como "importar" para referirse a los humanos movidos en el Asiento, lo próximo es que empiecen a medirlos por tonelada en vez de por cabeza.

Cinta_de_Carromero
Cinta_de_Carromero
2022-10-31
#5

https://twitter.com/WallStreetSilv/status/1586742825693192192

Tan "_out of nowhere_" como el dinero que imprimen.

Cinta_de_Carromero
Cinta_de_Carromero
2024-01-07
#6

https://news.slashdot.org/story/24/01/04/1228241/rich-dad-poor-dad-author-says-hes-racked-up-more-than-1-billion-in-debt

Aprended betillas, si no le debes 1000 millones de dólares al banco no eres nadie.

lowfour
lowfour
2024-01-07
#7
Edited 2024-01-07

@Cinta_de_Carromero (post #6)

El depredador este ha metido a miles de retromongolos incels en deudas enormes para pagar sus cursos de mierda. Un DEPREDADOR adorado por los bottom feeders del internet.

https://www.reddit.com/r/povertyfinance/comments/170471l/got_scammed_by_robert_kiyosaki_author_of_rich_dad/



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he does seminars where he has people do credit-reports, so he can charge them the maximum amount for his "once in a lifetime" investing advice. He acknowledges the dangers of debt and attempts to put his own customers into debt so he can buy more fancy cars for himself.

Cinta_de_Carromero
Cinta_de_Carromero
2024-01-08
#8

@lowfour (post #7) Lo peor de estas estafas es que el capitalismo ha cerrado totalmente la posibilidad de salir de pobre trabajando, si no naces con ladrillo solamente te queda intentar dar un pelotazo de este estilo, como con un timo piramidal o en bolsa.

Cuando sabes que la alternativa es la miseria y la muerte, sobrevivir cada día en un coliving rodeado de C O L O M B I A N O S @elarquitecto , pues de perdidos al río.

Y eso que Ladrillosaki se supone que recomienda comprar ladrillo, que se ha demostrado que ha sido el negociazo de 22 de los últimos 25 años. Otros muchos estafadores como este venden cosas muchísimo peores, como piedras reiki o que si te duchas con agua fría vas a salir de pobre como vende un CALVO DE MIERDA reinjertado y ciclado que va dando charlas de este tipo de terrorismo emocional a los jóvenes (debería estar prohibido y perseguido corromper así a los jóvenes, y a todo el mundo en general vamos).

Cinta_de_Carromero
Cinta_de_Carromero
2024-03-25
#9

Mario "_Whatever it takes_" Draghi hablando claro, ahora que está semiretirado. Me gusta cuando estos viejunos hablan claramente de sus fechorías sobre las que han mentido tantos años, es una de las pocas ocasiones de enterarse, aunque sea a toro pasado, de qué piensan realmente estos hijos de puta. Recomiendo también las declaraciones de Solbes desde que dejó el ministerio, reconoció que mintieron intencionadamente con la inflación que causó el euro entre otras cosas. Las otras ocasiones buenas son los chivatazos internos como los correos de Blesa, las declaraciones hechas pensando que las hacen al "_inner circle_" pero que acaban en la prensa como una entrevista a Linde en la que dijo claramente que en 2012 el PP empezó un plan intencionado de empobrecimiento de los trabajadores para competir en precio con el tercer mundo.

https://elpais.com/economia/2024-03-25/draghi-alerta-de-que-europa-debe-prepararse-para-dar-pasos-atras-en-la-globalizacion.html



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**Draghi pide a Europa que conteste a la agonía de la globalización con más intervencionismo**


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El expresidente del BCE ultima el informe que la UE le ha encargado sobre la competitividad europea. Avisa de que la transición verde y tecnológica será costosa y que hará falta tolerar más inflación para financiarla


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La economía europea surca aguas procelosas. Afronta serios problemas de competitividad por los mayores costes de la energía, ha quedado rezagada en el campo de la innovación y la tecnología, y padece una crisis de modelo industrial. El horizonte puede incluso empeorar si Donald Trump gana las elecciones, impone medidas proteccionistas y deja a Europa desasistida en Ucrania. En este contexto preñado de malos presagios, la UE ha encargado al expresidente del BCE y ex primer ministro de Italia, Mario Draghi, que elabore un informe sobre sobre la competitividad europea. Esta es la cuestión que preocupa ahora a las autoridades del continente.


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Draghi ya ha avanzado algunas líneas de su trabajo, que se publicarán en junio, a los ministros de Finanzas de la UE. Y ha desarrollado sus argumentos en una intervención que hizo hace unos días en Estados Unidos ante la asociación de economistas de empresas. El discurso es rompedor en tanto que deja entrever la agonía de la globalización como se había entendido en las últimas décadas; defiende un mayor intervencionismo con ayudas a las empresas y una relajación de las reglas de competencia; prevé una mayor tolerancia con la inflación para financiar, por una parte, la transición verde y tecnológica y, por otra, hacer frente a los futuros shocks que se van a generar en un mundo sin los colchones de la globalización y en el que será más difícil salir de las crisis exportando. Aunque a largo plazo mejorarán la productividad, las inversiones verdes se hacen en general para sustituir fuentes de energía y no para mejorar el rendimiento de la economía. Estas son algunas pinceladas del diagnóstico que dibuja Draghi.


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Los bancos centrales, la Comisión o los servicios de Competencia no podrán estar separados de los objetivos de la política europea. Aunque mantengan su independencia, tendrán que unir fuerzas con los gobiernos para servir los propósitos de esta. Subyace, por tanto, una cierta idea de que la política monetaria tendrá que flexibilizarse para que la fiscal pueda invertir. Hará falta mucho dinero y una capacidad fiscal común, advierte Draghi.


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En todo caso, está por ver cómo reaccionan ante este discurso en los países halcones y en qué manera priman luego los intereses nacionales. La solidaridad de la pandemia puede haber sido una excepción, por más que Draghi alerte en contra.


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Las expectativas sobre la globalización no se han cumplido, sostiene Draghi. Aunque sí que se ha sacado a mucha gente de la pobreza en los países emergentes, el modelo tenía, a juicio del expresidente del BCE, una debilidad fundamental: para sostenerse debería haber tenido reglas e instituciones que aseguraran el cumplimiento. Pero el compromiso de algunos de los mayores países ha sido ambiguo desde el comienzo y cualquier Estado podía decidir que no le interesaba ceñirse a las normas. Por ejemplo, China nunca notificó a la Organización Mundial de Comercio los subsidios de sus gobiernos regionales y locales.


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Desequilibrios comerciales


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Draghi recuerda que la globalización ha llevado a desequilibrios comerciales. En los países pobres trataron de proteger sus industrias en desarrollo. Asia intentó, tras la crisis de 1997, acumular superávits para disponer de reservas y evitar nuevas fugas de capital. China ha buscado independizarse de la tecnología y el capital de Occidente. Y para salir de la crisis del euro también se persiguió la acumulación de superávits comerciales. “En este caso a través de políticas fiscales procíclicas y equivocadas consagradas en nuestras normas que deprimieron la demanda doméstica y los costes laborales”, subraya el ex primer ministro italiano. En una situación donde los mecanismos de solidaridad de la UE eran limitados, Draghi concede que tenía lógica exportar. Pero el problema era que hasta Alemania lo hacía.


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Estos superávits crearon a su vez unos excesos de ahorro que no se vieron igualados por una demanda mayor de capitales para invertir. La demanda de dinero era escasa y contribuyó a que los tipos de interés fueran muy bajos. Aun así, a través de políticas no convencionales, comprando deuda, los bancos centrales lograron activar la economía y el empleo. Pero la situación del mercado laboral no mejoró del todo. Los trabajadores perdieron capacidad de negociación, expone Draghi. Entre principios de los ochenta y el inicio de la crisis financiera, en las economías del G7 las exportaciones e importaciones de bienes aumentaron nueve puntos porcentuales, mientras que la participación de los salarios cayó seis.


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Hasta el extremo de que una parte de la ciudadanía se ha quedado atrás en la globalización con importantes consecuencias políticas: “La globalización no solo falló a la hora de extender los valores liberales, [...] también ha debilitado a los países que han sido sus mayores defensores y ha alimentado las fuerzas proteccionistas. [...] La percepción en Occidente es que los ciudadanos estaban participando en un juego defectuoso, uno que deslocalizó millones de puestos de trabajo mientras los gobiernos y las empresas se mostraron indiferentes”, afirma Draghi. Y añade que ahora se reclama una distribución de los beneficios de la globalización y un mayor foco en la seguridad económica. Para conseguirlo, se espera un mayor activismo de los Estados aumentando el proteccionismo y la redistribución. Esta tendencia se ha visto reforzada por la pandemia y la guerra de Ucrania. Hemos asistido al resurgimiento de los bloques de naciones y a una relocalización de la producción buscando la seguridad de suministro.


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Al mismo tiempo, la urgencia para responder al cambio climático ha llevado a iniciativas como la Inflation Reduction Act aprobada por Estados Unidos o la propuesta europea de un mecanismo de ajuste del carbono en frontera. Las dos dan prioridad a los objetivos climáticos a pesar de distorsionar el comercio, recalca Draghi.


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Cambios a futuro


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Y todo esto va a cambiar el escenario económico. Durante 30 años, explica Draghi, la globalización suponía un continuo shock positivo en la oferta, al incorporarse más trabajadores a la economías de mercado. Pero con China moviéndose hacia arriba en la cadena de valor, ya no habrá un proveedor global de mano de obra barata y masiva. En consecuencia, habrá más shocks negativos de oferta. No solo por conflictos geopolíticos. También por la necesidad de reestructurar las cadenas de suministro y descarbonizar las economías. El stock de inversiones se va a destruir más rápido de lo que se reemplaza con las nuevas inversiones porque estas son para sustituir las fuentes de energía contaminantes y parte del suministro que proporcionaba la globalización, no para mejorar a corto plazo la economía, dice. Si bien a largo plazo mejorarán la productividad, temporalmente se verá reducida la oferta agregada mientras los recursos se redirigen de unas actividades a otras.


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A su vez, la política fiscal tendrá que desempeñar un papel más importante para redistribuir, hacer las inversiones y estabilizar la actividad ante shocks, tal y como ya se ha visto en la crisis energética con las ayudas que se han dado a los colectivos más afectados. Sobre todo porque la política monetaria tarda y es demasiado generalizada, recuerda el expresidente del BCE.


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Todos estos factores llevarán a un entorno de crecimientos más bajos mientras se completa la transición y en un contexto de mayor inflación por los costes de dicha transición y los déficits fiscales persistentes. Y ello sin que se puedan sostener grandes superávits comerciales como antes. En consecuencia, los ahorros globales bajarán, habrá menos dinero en circulación y el crédito se encarecerá. Es decir, se acabará la era de presiones a la baja en los tipos de interés.


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Si persiste un crecimiento bajo y una deuda en niveles récord, la sostenibilidad de las finanzas públicas se verá afectada a la vez que aumentan las necesidades de inversión. En opinión de Draghi, semejante escenario requiere un cambio en la estrategia. Hace falta adelantar el gasto en inversión, una regulación financiera que apoye la relocalización de recursos y la innovación, y una política de competencia que facilite las ayudas de Estado. “Que la política fiscal tenga espacio suficiente como para cumplir con sus objetivos dependerá de cómo reaccionan los bancos centrales. [...] Independencia no significa separación y las autoridades pueden unir fuerzas para aumentar el espacio para las políticas sin comprometer sus mandatos, lo vimos durante la pandemia: las autoridades monetarias, fiscales y de supervisión bancaria se unieron para limitar el daño de los confinamientos”, dice.


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Pero para ello Draghi pone dos condiciones: una, que haya una senda creíble de las cuentas públicas combinada con el foco en las inversiones y en preservar los valores sociales. Esta debe acompañarse de una capacidad fiscal europea, que emita deuda propia y que aumente la inversión conjunta aliviando las presiones sobre los presupuestos nacionales. Aumentar la capacidad de suministro llevaría a menos inflación. Y en tanto que se invierta a nivel europeo, habría una senda de consolidación más comprometida y esta estrategia no sería inflacionaria, argumenta.


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La segunda condición es que en la medida en que las autoridades establezcan sendas fiscales creíbles, los bancos centrales deberían guiarse por las expectativas de inflación y distinguir entre subidas de precios permanentes y temporales. Es la mejor vía para asegurar que los bancos centrales pueden contribuir a la estrategia sin comprometer su independencia. “Necesitamos espacio para invertir en las transiciones y elevar la productividad”, concluye Draghi. En definitiva, el expresidente del eurobanco reclama una situación de excepcionalidad para atajar la transición verde y el retraso tecnológico. Su informe generará debate en un momento en el que además las cuentas públicas francesas e italianas presentan importantes números rojos.



Sigue mintiendo mucho como el grandísimo hijo de puta que es, eso sí, como con el tema de la calentología que es una pijada burguesa de la UE que no le importa ya a nadie fuera de la UE, ni siquiera a la camarilla de Sleepy Joe.

Lo que sí es verdad es que reconoce que se han dedicado intencionadamente a reventar a los trabajadores europeos para aprovecharse al máximo de fabricar absolutamente todo en China.

Ungaunga
Ungaunga
2024-03-26
#10
Edited 2024-03-26
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@Cinta_de_Carromero (post #9) Avisa de que la transición verde y tecnológica será costosa y que hará falta tolerar más inflación para financiarla



Lo que quiere decir: Como no podemos quitaros más dinero con impuestos os lo quitamos con inflación



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@Cinta_de_Carromero (post #9) cualquier Estado podía decidir que no le interesaba ceñirse a las normas. Por ejemplo, China nunca notificó a la Organización Mundial de Comercio los subsidios de sus gobiernos regionales y locales



1° Seguro que nunca mintieron en lo que comunicaban.

2° Que escándalo que nadie pudo nunca imaginar.



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@Cinta_de_Carromero (post #9) la política monetaria tendrá que flexibilizarse para que la fiscal pueda invertir



Está aplicado en Hezpaña será hapacolíptico. Más PPSOE+lazis con extra de corrupción, ahora también con amnistía de regalo.



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@Cinta_de_Carromero (post #9) “En este caso a través de políticas fiscales procíclicas y equivocadas consagradas en nuestras normas que deprimieron la demanda doméstica y los costes laborales”



Nunca nadie lo pudo imaginar.



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@Cinta_de_Carromero (post #9) Pero la situación del mercado laboral no mejoró del todo



No jodas, Draghi, no jodas.



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@Cinta_de_Carromero (post #9) . Para conseguirlo, se espera un mayor activismo de los Estados aumentando el proteccionismo y la redistribución



Los jubilautas hezpañordos están de enhorabuena, ahora podrán ir de excursión gratis a las lunas de Júpiter a bailar los pajaritos, impulsados por la sangre de sus nietos e hijos.



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@Cinta_de_Carromero (post #9) Pero con China moviéndose hacia arriba en la cadena de valor, ya no habrá un proveedor global de mano de obra barata y masiva



Queda India, los hinjiniiiiros ya sienten los embates.



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@Cinta_de_Carromero (post #9) Pero para ello Draghi pone dos condiciones: una, que haya una senda creíble de las cuentas públicas combinada con el foco en las inversiones y en preservar los valores sociales. Esta debe acompañarse de una capacidad fiscal europea, que emita deuda propia y que aumente la inversión conjunta aliviando las presiones sobre los presupuestos nacionales



1° Los jubilautas Hezpañordos podrán ir de excursión gratis al cinturón de Kuiper a bailar los pajaritos, impulsados por la sangre de los hijos y nietos de los polacos.

2° El PPSOE+lazis se convertirán en la nueva nobleza con tribunales especiales y aviones de oro para ir a comprar el pan. Y putas y cocaína y yates de platino alimentados por lágrimas de remero.

Resumen: Draghi HDLGP certified. Quality seal of approval. Premium.

Cinta_de_Carromero
Cinta_de_Carromero
2024-03-31
#11
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@Ungaunga (post #10) Resumen: Draghi HDLGP certified. Quality seal of approval. Premium.



Por eso le pusieron en el BCE, para ejecutar el "_whatever it takes_" rescatando a toda la banca y el ladrillo a base de imprimir, bajar los sueldos y reducir la oferta de vivienda.

Mi previsión: Tenemos los 4 años que quedan hasta las siguientes elecciones para conseguir acceso a la impresora, porque como en 4 años ganara el PP y probablemente aunque repitiera el Puño de Thanos, al que se quede en el sector privado le van a reventar como a una cucaracha.

Se viene otro tsunami de impresión de billetes, pero cuando acabe, los recortes de la Trotona de 2011-2014 van a parecer el dispendio de 2004-2007 en comparación a lo que va a venir.

Y todo economía cayetana de Airbnb y Asiento de colombianos @elarquitecto , por supuesto, a cara descubierta, ya ni siquiera dicen de boquilla lo del "_ÍmásDémásÍ_".

Cinta_de_Carromero
Cinta_de_Carromero
2024-04-17
#12
Edited 2024-04-17


Mario "_whatever it takes_" Draghi reconociendo públicamente todo lo que estos castuzos hijos de puta pueden reconocer que se han equivocado.

Vaya vaya, así que su plan de ultramegahiperneoliberalizar Europa a base de empobrecer a los trabajadores consiguió... empobrecer a los trabajadores. Quién lo habría dicho............

https://twitter.com/BJMbraun/status/1780487356136472996



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Mario Draghi: Radical Change—Is What Is Needed


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With his agreement, we publish the text of Mario Draghi’s Speech at the High-level Conference on the European Pillar of Social Rights (Brussels, April 16, 2024). French, Spanish and Italian versions can be found in the pages of Grand Continent.


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In a sense, this is the first time that I have the opportunity to start sharing with you how the design and the philosophy of my report are shaping out.


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For a long time, competitiveness has been a contentious issue for Europe.


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In 1994, the nobel-prize-to-be economist Paul Krugman called focusing on competitiveness a “dangerous obsession”. His argument was that long-term growth comes from raising productivity, which benefits everyone, rather than through trying to improve your relative position against others and capture their share of growth.


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The approach we took to competitiveness in Europe after the sovereign debt crisis seemed to prove his point. We pursued a deliberate strategy of trying to lower wage costs relative to each other – and, combine this with a procyclical fiscal policy, the net effect was only to weaken our own domestic demand and undermine our social model.


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But the key issue is not that competitiveness is a flawed concept. It is that Europe has had the wrong focus.


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We have turned inwards, seeing our competitors among ourselves, even in sectors like defence and energy where we have profound common interests. At the same time, we have not looked outwards enough: with a positive trade balance, after all, we did not pay enough attention to our external competitiveness as a serious policy question.


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In a benign international environment, we trusted the global level playing field and the rules-based international order, expecting that others would do the same. But now the world is changing rapidly and it has caught us by surprise.


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Most importantly, other regions are no longer playing by the rules and are actively devising policies to enhance their competitive position. At best, these policies are designed to re-direct investment towards their own economies at the expense of ours; and at worst, they are designed to make us permanently dependent on them.


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China, for example, is aiming to capture and internalise all parts of the supply chain in green and advanced technologies and is securing the access to the required resources. This rapid supply expansion is leading to significant overcapacity in multiple sectors and threatening to undercut our industries.


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The US, for its part, is using large-scale industrial policy to attract high-value domestic manufacturing capacity within its borders – including that of European firms – while using protectionism to shut out competitors and deploying its geopolitical power to re-orient and secure supply chains.


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We have never had an equivalent “Industrial Deal” at the EU level, even though the Commission has been doing everything in its power to fill this gap. As such, despite a number of positive initiatives that are underway, we are still lacking an overall strategy for how to respond in multiple areas.


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We are lacking a strategy for how to keep pace in an increasing cutthroat race for leadership in new technologies. Today we invest less in digital and advanced technologies than the US and China, including for defence, and we only have four global European tech players among the top 50 worldwide.


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We are lacking a strategy for how to shield our traditional industries from an unlevel global playing field caused by asymmetries in regulations, subsidies and trade policies.


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Energy-intensive industries are a case in point.


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In other regions, these industries not only face lower energy costs, but they also face a lower regulatory burden and, in some cases, they are receiving massive subsidies which directly threat the ability of European firms to compete.


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Without strategically designed and coordinated policy actions, it is logical that some of our industries will shut down capacity or relocate outside the EU.


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And we are lacking a strategy to ensure that we have the resources and inputs we need to fulfil our ambitions without increasing our dependencies.


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We rightly have an ambitious climate agenda in Europe and hard targets for electric vehicles. But in a world where our rivals control many of the resources we need, such an agenda has to be combined with a plan to secure our supply chain – from critical minerals to batteries to charging infrastructure.


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Our response has been constrained because our organisation, decision-making and financing are designed for “the world of yesterday” – pre-Covid, pre-Ukraine, pre-conflagration in the Middle East, pre return of great power rivalry.


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But we need an EU that is fit for today’s and tomorrow’s world. And so what I am proposing in the report that the President of the Commission asked me to prepare is radical change, because that is what is needed.


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Ultimately, we will need to achieve transformation across the European economy. We need to be able to rely on decarbonised and independent energy systems; an integrated and adequate EU-based defence system; domestic manufacturing in the most innovative and fast-growing sectors; and a leading position in the deep-tech and digital innovation that is close to our manufacturing basis.


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But with our competitors moving fast, we must also assess priorities. Immediate actions are needed in the sectors with the highest exposure to green, digital and security challenges. In my report, we are focusing on ten of these macro-sectors in the European economy.


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Each sector requires specific reforms and tools. Yet in our analysis there are three emerging common threads for policy interventions.


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The first common thread is enabling scale. Our major competitors are taking advantage of the fact that they are continental-sized economies to generate scale, increase investment and capture market share for the industries where it matters most. We have the same natural size advantage in Europe, but fragmentation is holding us back.


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In the defence industry, for example, lack of scale is hampering the development of European industrial capacity, which is a problem acknowledged in the recent European Defence Industrial Strategy. The top five players in the US represent 80% of its larger market, while in Europe they constitute 45%.


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This difference arises in large part because EU defence spending is fragmented.


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Governments do not procure much together – collaborative procurement accounts for less than 20% of spending – and they do not focus enough on our own market: almost 80% of procurement over the last two years has been from outside the EU.


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To meet new defence and security needs, we need to step up our joint procurement, increase the coordination of our spending and the interoperability of our equipment, and substantially reduce our international dependencies.


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Another example where we are not making use of scale is telecommunications. We have a market of around 450 million consumers in the EU, but investment per capita is half of that in the US, and we are lagging in 5G and fibre deployment.


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One reason for this gap is that we have 34 mobile network groups in Europe – and that is a conservative estimate, we have in fact many more – often operating at national scale, versus three in the US and four in China. To produce more investment, we need to streamline and further harmonise telecoms regulations across Member States and support, not hamper, consolidation.


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And scale is also crucial, in a different way, for young companies that generate the most innovative ideas. Their business model depends on being able to grow fast and commercialise their ideas, which in turn requires a large domestic market.


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And scale is also essential for developing new, innovative medicines, through the standardisation of the EU patients’ data, and the use of artificial intelligence, which needs all this wealth of data we have – if only they could be standardised.


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In Europe we are traditionally very strong in research, but we are failing to bring innovation to market and upscale it. We could address this barrier by, among other things, reviewing current prudential regulation in bank lending and setting up a new common regulatory regime for start-ups in tech.


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The second thread is providing public goods. Where there are investments from which we all benefit, but no country can carry out alone, there is a powerful case for us to act together – otherwise we will underdeliver relative to our needs: we will underdeliver in climate, in defence for example, and in other sectors as well.


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There are several chokepoints in the European economy where lack of coordination means that investment is inefficiently low. Energy grids, and in particular interconnections, are one such example.


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They are a clear public good, as an integrated energy market would lower energy costs for our firms and make us more resilient in the face of future crises – a goal that the Commission is pursuing in the context of REPowerEU.


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But interconnections require decisions on planning, financing, procurement of materials and governance that are difficult to coordinate – and so we will not be able to build a true Energy Union unless we agree on a common approach.


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Another example is our super computing infrastructure. The EU has a public network of high-performance computers (HPCs) which is world-class, but the spillovers to the private sector are currently very, very limited.


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This network could be used by the private sector – for instance AI startups and SMEs – and in return, the financial benefits received could be reinvested to upgrade HPCs and support an EU cloud expansion.


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Once we identify these public goods, we also need to give ourselves the means to finance them. The public sector has an important role to play, and I have spoken before about how we can better use the joint borrowing capacity of the EU, especially in areas – like defence – where fragmented spending reduces our overall effectiveness.


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But most of the investment gap will need to be covered by private investment. The EU has very high private savings, but they are mostly funnelled into banks deposits and do not end up financing growth as much as they could in a larger capital market. This is why advancing the Capital Markets Union (CMU) is an indispensable part of the overall competitiveness strategy.


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The third thread is securing the supply of essential resources and inputs.


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If we are to carry out our climate ambitions without increasing our dependence on countries on whom we can no longer rely, we need a comprehensive strategy covering all stages of the critical mineral supply chain.


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We are currently largely leaving this space to private actors, while other governments are directly leading or strongly coordinating the whole chain. We need a foreign economic policy that delivers the same for our economy.


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The Commission has already started this process with the Critical Raw Materials Act, but we need complementary measures to make our targets more tangible. For example, we could envisage a dedicated EU Critical Mineral Platform, primarily for joint procurement, secure diversified supply, the pooling and financing, and stockpiling.


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Another crucial input which we need to secure – and this is particularly relevant to you, the social partners – is our supply of skilled workers.


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In the EU, three-quarters of companies report difficulties in recruiting employees with the right skills, while 28 occupations representing 14% of our workforce are currently identified as having labour shortages.


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With ageing societies and less favourable attitudes towards immigration, we will need to find these skills internally. Multiple stakeholders will need to work together to ensure the relevance of skills and shape flexible upskilling pathways.


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One of the most important players in this regard will be you, the social partners. You have always been crucial in times of change, and Europe will rely on you to help adapting our labour market to the digital age and empower our workers.


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These three threads require us to think deeply about how we organise ourselves, what we want to do together and what we want to keep at the national level. But given the urgency of the challenge we face, we do not have the luxury of delaying the answers to all these important questions until a next Treaty change.


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To ensure coherence between different policy tools, we should be able to develop now a new strategic tool for the coordination of economic policies.


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And if we are to find that this is not feasible, in specific cases, we should be ready to consider going forward with a subset of Member States. For example, enhanced cooperation in the form of a 28th regime could be a way forward for the CMU to mobilise investments. But as a rule, I believe that the political cohesion of our Union demands that we act together – possibly always. And we have to be aware that the same political cohesion is now being threatened by the changes in the rest of the world.


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Restoring our competitiveness is not something we can achieve alone, or only by beating each other. It requires us to act as a European Union in a way we never have before.


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Our rivals are stealing a march on us because they can act as one country with one strategy and align all the necessary tools and policies behind it.


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If we are to match them, we will need a renewed partnership among Member States – a re-defining of our Union that is no less ambitious than what the Founding Fathers did 70 years ago with the creation of the European Coal and Steel Community.


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Thank you.

Cinta_de_Carromero
Cinta_de_Carromero
2024-04-17
#13
Edited 2024-04-17
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@Cinta_de_Carromero (post #12) With ageing societies and less favourable attitudes towards immigration, we will need to find these skills internally.



Pero si siguen importando inmigrantes por containers, España especialmente está vaciando Suramérica.

Yo veo muy claro que el plan de empobrecer a los trabajadores va a seguir igual, hay demasiados viejunos acostumbrados a vivir de las rentas y eso de tener industria y familias con hijos... antes permitirían a Putin llegar a Lisboa que dar trabajos dignos como en la postguerra de la segunda guerra mundial.

Cinta_de_Carromero
Cinta_de_Carromero
2025-05-26
#14

Hablando claro del poder de la impresora en la prensa generalista:

https://www.lavanguardia.com/economia/20250525/10717439/trump-baja-impuestos-mala-nueva-mundo.html



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Trump baja impuestos... mala nueva para el mundo


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Donald Trump ya tiene su flamante ley fiscal. Una declaración de guerra social, en el plano interno, y mundial a socios y enemigos, en el externo. Combina enormes rebajas de impuestos para el 1% más rico con recortes draconianos de gasto en programas sociales: de servicios médicos y de ayuda alimentaria. Y se burla del mundo, al que le exige que dedique más dinero a las armas y suba impuestos o rebane también partidas esenciales de sus estados del bienestar para financiarlas, mientras él se dedica a construir el paraíso en la tierra para los más acaudalados de su país.


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Una de las paradojas más difíciles de asimilar del funcionamiento de la hegemonía económica de EE.UU. es su capacidad de transformar constantemente sus siempre crecientes déficits públicos en estímulos para su crecimiento económico. Para el resto, llevar más de medio siglo con un déficit público descontrolado habría supuesto la ruina.


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Con EE.UU. sucede justo lo contrario. Su poder brilla cuanto más dinero debe al mundo. Pensemos en Ronald Reagan y su victoria sobre la Unión Soviética, o en los Bush, padre e hijo. También con Barack Obama, el primer mandato de Trump y el de Joe Biden. Bill Clinton fue la excepción que confirma la regla. Desde la presidencia de Richard Nixon (1969-1974), hasta la actual de Trump, la mejor consigna resumen de la política monetaria de EE.UU. es American first.


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Muchos analistas llevan décadas prediciendo el hundimiento de la hegemonía de Washington porque esos déficits y la consiguiente deuda que generan, además de ser una prueba indiscutible de su debilidad, serían insostenibles. Emmanuel Todd, ensayista francés, fue el más afilado predicador de esa idea, nada más comenzar el siglo XXI, cuando a EE.UU. aún le quedaban por delante casi dos décadas de gloriosa supremacía.


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La nueva ley fiscal fabricada por Trump y sus insaciables colegas plutócratas disparará de nuevo el déficit y la deuda pública de EE.UU. Con ella, seguirá siendo el rey de la demanda mundial y el consumo crecientes en un planeta en el que decrece por doquier, de Europa a Latinoamérica o la misma China. Es el impuesto imperial: tú te quedas con mis dólares, a mí no me cuesta nada imprimirlos y tú tienes que aceptarlos por un valor muy superior y gracias a ellos yo vivo por encima de mis posibilidades, cierto; pero te concedo el privilegio de acceder a mi mercado, el más grande y rico del mundo.


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Cierto es que la manera en la que Trump ha articulado su política económica -mezclando la expansión económica vía déficit y la guerra comercial con sus principales proveedores- está generando reacciones aparentemente contradictorias. Más coste de la deuda y descenso del dólar, con pérdidas en las bolsas.


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Posiblemente, la fiscalidad para los adinerados que se prepara a aplicar habría sido acogida con relativa tranquilidad, como ha venido ocurriendo con los planes presupuestarios anteriores de sus predecesores en la Casa Blanca, si no hubiese amenazado con esa guerra comercial. Es contradictorio diseñar un programa económico de expansión económica, que contempla un déficit enorme y por lo tanto la venta masiva de dólares al mundo si no se permite a esos potenciales compradores acceder al mercado de esa divisa, EE.UU. Se quedan con los dólares porque venden sus productos y compran valores, empresas y edificios a los estadounidenses.


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Pese a todo, nada indica que los inversores estén dudando de la solvencia de la imprenta de la Reserva Federal, por mucho que ésta opere a pleno rendimiento. Según los últimos datos, los bonos del Tesoro de EE.UU. en manos de extranjeros han crecido un 12% en términos anuales. El mundo sigue confiando en el billete verde pese a las turbulencias made in Trump. Y eso porque pese a que en ocasiones parecería que la economía de EE.UU. no produce ya bienes si no solo billetes, el poder del dólar deriva de otras palancas de poder. Como la hegemonía militar y de las ventas al mundo de la industria de ella derivada; el control de los suministros de energía (siempre el petróleo; ahora, gracias a la guerra de Ucrania, el gas); Wall Street, el corazón de las finanzas mundiales, las arterias de la inversión que llegan al último rincón del planeta a través de sus bancos y gigantescos fondos de capital; las firmas tecnológicas, que recogen cifras vertiginosas de beneficios en todo el globo. El dólar lo resume de manera concentrada: el exorbitante privilegio que definió en la década de los sesenta Valéry Giscard d’Estaing, ministro francés de Finanzas de Francia.


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¿Cuáles serán las consecuencias para el resto del mundo, para España, de la ley fiscal de Trump? En primer lugar, como ya se está debatiendo ahora, el incremento del gasto militar para compensar el déficit comercial. Tecnología punta y ventas de la industria militar son los dos grandes puntales de EE.UU.


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Pese a todos los maquillajes, Europa está siguiendo la línea trazada por Trump, que ya antes de tomar posesión adelantó a los socios de la OTAN que tendrían que gastar el 5% en Defensa (ver La Vanguardia del 12 de enero pasado). Objetivo asumido ya oficialmente en este lado del Atlántico. Eso va a reducir el gasto en otras partidas, pues no se trata de un mero ajuste presupuestario. Trump exporta guerra social. Su política elevará las voces en el viejo continente a favor de aplicar aquí también las recetas impositivas del trumpismo, bajadas radicales de impuestos, lo que agravará aún más el problema de la financiación de las cuentas públicas.


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También, más inestabilidad financiera, posiblemente inflación y subidas de tipos de interés... y al final, tras una incubación acelerada, una nueva crisis financiera, ese regalo que siempre dejan los déficits americanos en cada uno de sus ciclos expansivos.

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