He vuelto a pasar por La Gran Mordor Vía, es algo atroz, inenarrable. Caras desfiguradas, miradas torvas, son los morlocs de H. G. Wells, hordas llegadas de más allá de la tierra media para arrastrar sus cadenas hacia el Stradivarius y el Desigual. Miradas vacías, seres sin alma, pasando el rato en el purgatorio. Giras una curva y de repente otra vez gente normal. Vuelves a poner un pie en la gran vía y una jauría de orcos te pasan riendo como focas del averno.
Qué tiene la gran vía que todos los freaks de la ciudad van allí? Serán las bazofias de musicales del Rey León y de Abba? Serán las cafeterías de cuarta estofa? Serán los kioskos vendiendo imanes para la nevera con motivos paelleros y flamencos?
Misterios.