Ungaunga Si dejaran de imprimir, o redujeran significativamente la velocidad, en el mejor de los casos explotaría la burbuja inmobiliaria mundial, el mercado de bonos, los fondos de pensiones, la bolsa bajaría aun más (especialmente las gordas y los dinosaurios que viven de recomprarse sus propias acciones con dinero calentito recién impreso) y los países que viven de la impresora como España o Italia quebrarían, arrastrando con ellos al resto de países que están endeudados al máximo en inversiones en ellos.
La deflación sería tal que seguramente el euro y el dólar se convertirían en papel higiénico al irse por el otro extremo que la inflación (como hay ya tanto dinero impreso, por mucho que se revalorizara seguirían sobrando los papelitos y nadie los querría), necesitarían hacer monedas nuevas.
Los sectores privilegiados por la impresora y las burbujas inmobiliarias y financieras, como los funcionarios, los jubilados, los rentistas etc... las pasarían igual o peor que los trabajadores.
Al no haber paguitas ni la necesidad de alimentar burbujas piramidales, los inmigrantes se volverían a sus países y dejarían de venir, hundiendo aun más el ladrillo.
Y esto en el mejor de los casos, que podría ser muchísimo peor, estilo guerra nuclear mundial.
A las administraciones públicas españolas, la idea de subir los impuestos a la vez que sube la inflación les encanta porque su recaudación aumenta y pueden así pagar sus abultadas deudas y enchufar a más amiguetes sin que se note. Todo ello cargado de nuevo a las espaldas de los remeros de la privada.