Damnation
Béla Tarr, 1988
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Cuando puse a caer de un burro la mierda esa del Tarkowski (no me la terminé, paso, menudo insulto al arte. Me suelo terminar hasta la basura más infecta, pero no me gusta que me tomen el pelo como el Godard y este pataliebre) hubo aquí foreros que pensaron que Lowfour no es de pelis lentas y grandes silencios. CRASO ERROR! Me gustan las pelis muy coñazo pero que tengan arte de verdad.
El cine es el arte total pues combina todo lo que me gusta. Fotografía, música, literatura y algo más que es el viaje en el tiempo, ya sea acelerándolo con elipsis, ralentizándolo o viajando al futuro. Damnation hace varias cosas a la vez. El húngaro Béla Tarr ralentiza el relato para que los silencios se llenen de detalles, lo mete en un bucle para insinuarte cosas, se lo salta para avanzar la historia. Todo con una maestría descomunal.
La película comienza en un bucle, mirando por la ventana se ven pasar vagonetas en un teleférico. El movimiento y el sonido forman un bucle que te envuelve. Ese pequeño ángulo de visión que permite la ventana nos deja ver que estamos en un lugar tremendamente desolado y aburrido. No sucede nada. Todo es en blanco y negro, con un halo de decadencia. Estamos, al fin y al cabo, en las postrimerías de ese gran aburrimiento que fue la URSS y el comunismo.
La historia podría ser la misma historia de "L'ètranger" de Camus. Es una peli, sin duda, existencialista. El protagonista es un ser sin alma, o con alma muy esclerotizada. Pero a la vez es un poeta. Es un macarra y al mismo tiempo un sentimental. Ante todo lo que le gusta es ir al bar del lugar, el Titanik, un lugar decadente, grande, fascinante, donde el silencio solo se rompe con el llanto de un acordeón, o con el impacto de las bolas de billar.
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Allí se encuentra una mujer de recia belleza centroeuropea, que canta al borde de la muerte (por aburrimiento) acompañada de una banda igual de misteriosa.
Nuestro extranjero particular se enamora profundamente, no podría ser de otra forma. A partir de ahí surge un amor imposible, pues la mujer está casada de otro rufián. Nuestro personaje a base de pensamientos poéticos y de observación de la condición humana logra meterse entre las piernas de la cantante. Todo es bastante imposible y contado de soslayo.
Pero claro. Mientras Tarkowski te ponía a tres calvos a soltar subnormaladas pretenciosas con unas imágenes sin puta gracia, con una canción que se repite porque no tenían más presupuesto... Bela Tarr se calza una fotografía ESPECTACULAR, donde los tubos fluorescentes apenas cortan la oscuridad del blanco y negro tardo-comunista. Los ángulos de cámara, los lentíiiiiisimos travelling que mueven de izquierda a derecha y vuelta a la izquierda van descubriendo planos del bar, de la tristeza. El tratamiento de la emulsión llena de energía los negros y las luces.
Y los diálgos, lentos, pausados, inverosímiles en una persona normal... son de una fuerza y una belleza extraordinaria. Verdaderos viajes al fondo de la esencia humana, de los miedos, de los vacíos, del amor, de la frustración.
Todo ello está aderezado con una música y un tratamiento del sonido fantástico, que nos llevan casi a la experimentación, pero todo sutil, casi sin querer. Sin duda tanto el dire de foto como el que hizo el sonido eran otros artistas de primer nivel.
Siempre he sentido nostalgia por esos años finales del comunismo y del telón de acero. Esa Europa que se caía a cachos, esa poesía de los 80, ese rollo "El Cierlo Sobre Berlín" que se la tiene todo el mundo muy vista. Pues Damnation aúna todo ello sin alas de ángel ni trapecios. Esa Europa doliente y llena de algo que ya murió aplastado por AirBnB's y Teslas.
Curiosamente, esta película se quedó grabada en mi subsconciente hace más de 30 años. Jovencito mirando Arte, vi la escena final del baile en el bar, la decadencia... se me quedó grabada, pero nunca supe qué cojones era. El otro día me volví a reencontrar con una memora "core" de esas, que forman el entramado de tu consciencia.
También la música vive gratis en mi alma, esa canción lenta y misteriosa... llevo escuchándola dos años sin parar, pero verla en la peli es otro nivel.
QUE PUTA MARAVILLA DE PELI, no me extraña que mi amigo Gaston Lagaffe (es igual el cabrón) se tatuara en su brazo el nombre BELA TARR, así en grande, una noche de pedo después de uno de nuestros conciertos. Mi amigo si que sabe y no soporta ni a Nolan, Ni a Ruben Östlund y piensa que Tarkowski está muy sobrevalorado. Por cierto, mi amigo tiene un cine.
Le doy 9,7 HDLGP