elarquitecto
La visita a Lisboa ha sido como la sublimación del CONCETO en mi cabeza.
Los pisos han pasado de la economía real a la economía especulativa. Como las acciones en empresas que antes hacían algo concreto y ahora solo venden "rentabilidades futuras" basadas en "tokens".
Todo eso se ha ido inflando durante décadas, y cuando no se podía inflar más (la rentabilidad de alquilar un piso qué era? 4%? 6%?) llegó el megatoken en forma de AirBNB. Y les dio aire a los parásitos extractivos.
En un edificio donde antes podían
- Gastarse la pasta, renovarlo y darles el pase
- No gastarse nada, esperar 10 años y pasarle el muerto a otro con una plusvalía del 300%
- Gastarse nada y alquilar 10 pisos que te dan el coñazo, pero seguir manteniendo los activos
Ahora podían además
- Gastarse una cosa ridícula, tabicar a saco, alquilar a estudiantes o a turistas retromongolos, 30 pisos. Todo eso sin cumplir con ninguna normativa de hotel.
Se han intentado otras fórmulas como los coliving, o los coworking. Pero son mucho más coñazo. Airbnb aúna escalabilidad y rentabilidad, en la interfase de lo legal e ilegal.
En eso están todas las ciudades.
Hay un pequeño fallo.
Tener un Airbnb da bastante trabajo! Además, el dinero post-pandémico no es infinito. Y la gente no es subnormal y pasa de pagar lo que un hotel de 5 estrellas por un chamizo infecto con muebles de ikea con manchas de lefazos y vómitos de guiris inglesas.
Como además los airbnb están reventando el tejido social y la accesibilidad (y competitividad) de las ciudades, pues empezamos a ver ciudades que los prohiben o les meten una presión brutal. Es solo el inicio.
NO HAY MÁS huída hacia adelante de los cayetano-rentistas. Van a morir matando, pero van a morir.
En Lisboa vi el último invento de los cayetanitos parasitarios. Fui a ver el LX Factory, del que me había hablado un amigo. Menudo timo joder. Era como una hilera de casas así en plan Berlín antiguo, con tiendas pop up vendiendo chuminadas design para turistas y cuatro restaurantes y dos bares. Vamos, lo que hay en Riga (Miera Iela), lo que hay en Berlin (el antiguo Neue Heimat), lo que hicieron en el mercado de Fuencarral, lo que hacen en Estocolmo (Slakthusområdet, Under brun)....
Se cede un espacio derruido a gente con ganas, les dejan que hagan grafitis y que hagan clubs cools, y cines, y terrazas sin acosarles. Luego al cabo de 5 años los vas echando y lo alquilas a libaneses que curran más y pagan más por el local... luego al cabo de 6 empiezas a renovar los pisos que compraste por la zona y a hacer lofts y pisos nuevos... y lo vendes y PROFIT.
Así es. Ni impresora ni ostia. Políticos dejando hacer o alimentando que se forren las constructoras que les financian la coca, las putas y las campañas.
En LX Factory, que me pareció un horror, si debo reconocer que había una librería y tienda de discos de Jazz IMPRESIONANTE dentro de los locales de una antigua imprenta. La imprenta seguía ahí, en un espacio descomunal y de techos altísimos. Solo por eso merece la pena ir.
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