Jag Es lo que debería haber ocurrido en 2012-2013, pero recuerda lo que hicieron, la colusión del Estado con los fondos de inversión y el control de la impresora fue suficiente para sujetar los precios primero e inflar después por encima de los máximos de 2007.
Ojalá ocurriera, mi vida en España depende de ello, pero de momento están joldeando como hicieron en 2008-2013 y faltaría por ver si harían otro rescate como el de 2013.
Juegan con lo siguiente:
-El ladrillo en España es caro de comprar en términos relativos para el país, pero es barato comparado con otros países (el mercado inmobiliario ya es global, especialmente en las ciudades globalizadas) y tiene de los impuestos más bajos del mundo. Por eso una vez comprado, les compensa joldearlo con cojones, porque sus gastos son muy bajos y encima los bancos suelen impagar los gastos de mantenimiento.
-El ladrillo caro es una Cuestión de Estado, desde 2013 se jugaron todo al turismo y al ladrillo y no hay nada más, si fallara el ladrillo el Estado perdería tal cantidad de recaudación que incluso la impresora del BCE tendría reticencias a aumentar la cantidad impresa para compensar. Por eso me estoy temiendo que en el caso de una espantada de los grandes fondos de inversión, lo que haría el Estado sería negociar con los fondos de capital riesgo (buitres de mayor categoría aun que los grandes fondos) para volver a montar otra operación de joldeo con cojones e inflado como la que hicieron en 2013.
-Todavía sigue la idea de que el ladrillo es un producto de inversión que siempre sube y que está garantizado por el Estado, que si bajara sería solamente durante unos pocos años para volver a subir con fuerza porque el Estado lo rescataría. Haría falta romper esta idea pero la experiencia de 2008-2013 fue la que digo, al final el que joldeó con cojones ganó porque les rescataron a todos y de momento la perspectiva apunta más a un nuevo rescate que a dejar que "el mercao se regule solo".
-Las fronteras hace años que fueron eliminadas de facto, al menos en España, que ha quedado como un país trampolín para la inmigración que finalmente quiere ir al primer mundo. Lo único que impide ahora mismo que literalmente todo el tercer mundo se plantara en Madrid, es el precio del ladrillo. Así que si volviera a ser pagable trabajando, como a finales de los 90, habría que cerrar las fronteras para que no se vinieran todos (y cerrar las fronteras es otra línea roja como el ladrillo, no tuvieron cojones a cerrarlas ni durante los peores momentos de la pandemia de covid, con más de 1000 muertos diarios).