Brutal la historia que me contó un amiguete el otro día. Es un tipo muy majo, que curra en una startup muy conocida, es latinoamericano pero vivió en España bastantes años y tiene dos hijos con una sueca. Pues ahora viven en un piso de 2 habitaciones (salón y dormitorio, en suecia así se cuentan las cosas) pero como tienen dos niños querían más espacio. Viven cerca de mi, en el barrio de Södermalm, muy céntrico y tirando a caro (pero no lo más caro de Estocolmo).
Pues nada, me cuenta así como angustiado que tienen que ir a terapia de pareja, que está la cosa fatal, que si los dos niños fueron un error... pero luego me dice así como de refilón.. ya pero es que además tenemos un poco de angustia porque nos hemos comprado otra casa. Y yo "no jodas, que bien no?" (a estas alturas de la película ya no digo nada sobre los pisos a nadie). Y me dice "si, pero es que la otra no la hemos vendido y ahora estamos medio agobiados porque no se si va a salir bien o no". Vamos, que se han marcado el tradicional doble empepitamiento que antaño hizo mucha pupa... en pleno apogeo de la burbuja y caída en picado. Es decir, que como no lo pongan a un precio razonable no lo venden.
Vamos y me dice lo que cuesta el nuevo piso (con tres dormitorios y unos 90m2) y me dice que 820.000€. Casi se me atraganta la cerveza. Ostia puta. Por mucho que gane no gana más de 3500€ al mes netos y su pareja si llega a 3000€ está bien. Y la hipoteca son 1500€ ahora y si sube se les pone en 2000€ al mes. No se rick, mucho riesgo veo yo ahí.
820.000€. Eso si, al otro piso le tienen planeado (a ver como pinta luego) sacarle 100.000 € plusvalía.
No os entra como nostalgia de la cuñada ninja, la historia de pepito y no se cuantas batallitas más? Es como vivirlo todo de nuevo.