Lo reconozco. De pequeño me tragué tantas pelis de Truffaut, Herzog y Kurosawa que me quedé un poco para allá. Ahora ando a la búsqueda de cerrar el arco sumergiéndome en la basura televisiva más abyecta que me proporcionan los canales tradicionales y las plataformas online. Svenska Hollywoodfruar, Cita a Ciegas, Casados a Primera Vista... cualquier basura que me haga reír es bienvenida para olvidar la escena de Kinsky enloquecido en su barco de vapor-ópera a la deriva en un afluente del Amazonas.
Pero ahora quiero confesarme. He caído adicto a una de las mayores mierdas que se han concebido nunca. Una basura de tal calibre que no puedo ni expresar la verguenza que me abruma. Pero no puedo parar. Es el nuevo gore. Son los nuevos vídeos de drones FPV reventando orcos. Roza el Snuff que cojones. Una cosa atroz.
Son las series de agentes inmobiliarios.
No hay una. Son múltiples.
Hoy comienzo con
Owning Manhattan
Está en Netflix y es emetogénica a tope, arcadas brutales, echas el alma por la boca. La mandíbula en el suelo, los ojos como los ojos de un raver pasado de vueltas de MDMA. La miro a escondidas, me encierro en el armario por la noche mientras todos duermen, porque es muy heavy.
La serie, que es en plan docu pero muy dramatizado, nos introduce en el mundo de Ryan, CEO de la empresa Serhant. La sexta inmobiliaria de NYC. Ryan es un tio guaperas de unos 45 años, impoluto, pelo cano peinado siempre, traje. Lleva 15 años de agente inmobiliario y ha montado Serhant para vender casas con influencers. Obviamente es una estrategia ganadora, el tipo sabe lo que hace sin duda alguna.
Ryan, además de maricón en el armario casado con una siesa operada, es bastante narcisista pero también parece ser más o menos decente. Siempre está recordando a la cámara que mide 6ft3 (1.92m), y recordando los millones en pisos que cierra cada año. Es muy falsa, como todo americano, pero a la vez parece tener sentido común y ser un currante.
Su idea de negocio es traerse PUTARRACAS, MACARRAS y EXMODELOS que tienen tirón en redes sociales y ponerles a vender pisos. La verdad es que les va bien porque es una estrategia buena. El tema de los pisos va indisolublemente unido al mundo influencer donde la gente se proyecta. Tengo que ir a Santorini, tengo que tener un lamborghini y un loft y tengo que gastarme toda la pasta en ropa. Pues eso les da. A mi me parece una genialidad. Total que tiene a una serie de tarados psicópatas, tias guapísimas, ex modelos daneses completamente retrasados mentales y narcisistas malignos... peleándose para vender lofts y llevarse unas comisiones de tres pares de cojones.
En uno de los episodios coge a 5 top performers y les encomienda un pisazo de 250MUSD en central park para ver quién lo vende.. la comisión son 10MUSD.
Pero otros pisos también son 300.000USD o más de comisión. Las putarracas más putarracas se llevan millones. En la serie repiten que el 90% de los agentes inmos de NYC ganan 40.000USD al año o menos. Pero claro, si te dan un objeto de millones y eres capaz de venderlo, las comisiones son de escándalo.
En un momento Jonathan, el psicópata danés ex-modelo tatuado hasta el cuello, llega con su moto eléctrica y cuenta que su reloj vale 200.000USD, "5 veces más que lo que ganan el 90% ese". Cada dos por tres recuerda que en su primer año vendió 100MUSD, pero sus compañeros que lo odian explican que era "en un equipo".
Luego está chloe, una bailarina fracasada con una mala ostia de aúpa y que a pesar de estár potente muestra incipientes indicios de la edad, se ha hecho retoques, dad por seguro que en 10 años va a parecer el hombre elefante deforme de tanto botox. Pero a pesar de ser una loca egocéntrica es la que mejor me cae porque va de frente y no es una serpiente aduladora como todos los demás.
Bueno, os cuento esto no porque me importen tres cojones, sino para poneros en situación del guano que me estoy tragando en pos de la ciencia HDLGPutil.
Por supuesto luego está otro que no me acuerdo de nada que es la mariquita mala. La mariquita mala es también agente inmobiliario en Serhant, pero durante 5 años fue el Personal Assistant de Ryan. Las miradas de las dos maricas (una fuera del armario desde hace mucho, la otra debatiéndose) es algo brutal. Se van a comprar ropa juntos, se hacen bromas, Ryan le recuerda a la mariquita como "seguro que fueron los cinco mejores años de tu vida".
Ryan y su asistente han compartido muchas cosas
ES TODO TAN JODIDAMENTE DEMENCIAL que el Solomillov se queda a la altura de los teletubbies.
Los pisos que se ven son extravagantes, algunos de gusto exquisito, otros son meras plataformas de inversión. Vamos, hacen el paripé y se gastan 27.000USD en atrezarlos para una venta, pero en el fondo todo es "soy un tech-bro de California, necesito un piso en NYC y así invierto la pasta".
No falta de nada. Salen propietarias juden que se niegan a vender su piso por menos de 5.7MUSD porque el de arriba se vendió en 5.5. Le recuerdan que su piso está más abajo y que le ofrecen 5.5MUSD, que es un record.
Salen familias ultramillonarias de Hong Kong comprando a distancia el piso de 250MUSD porque necesitan un sitio cuqui para celebrar la navidad juntos en familia.
Sale una perraca de pueblo que quiere triunfar en Serhant pero ni sabe vender, ni está buenorra como la polaca llamada Jess, ni tiene la chispa ni la agenda de contactos.
Hola, soy Jess, polaca. Antes era putarraca, ahora soy putarraca de los pisos
La vulgaridad supura por los cuatro costados, todo es de un desfase, de una escala brutal que no te puedes ni imaginar. Cuánta pasta hay en NYC, menudo shitshow el tema inmobiliario, que puta locura es todo.
Los instagramers de 27 años ganando millones de dólares simplemente por tener una cara bonita y poner cara sexy con sus clientes. Es el puto mundo al revés. Todos los psicópatas convertidos en modelos sociales, la especulación inmo en el epicentro de los negocios, la adoración al puto piso llevada al paroxismo.
No tengo palabras para describir LA HEZ de lo que he visto en un par de episodios.
Desgraciadamente la serie apesta también a montaje en muchos momentos. Montaje de Ryan, por supuesto, que sabe que salir diciendo chorradas le va a reportar millones en años venideros.