La horda va a hacer otra gran movilización en el año que les queda antes de que su economía implosione y los eurócratas quieren que los dejen tranquilos con su ladrillo caro, sus viajes internacionales en avión y sus remeros importados estabulados, quieren seguir viviendo en su mundo privilegiado y mejor que mejor si es con sobornos y comisiones del Kremlin.
Echan cuentas de lo que les costarían las bombas de racimo necesarias para matar a todos los rusos que van a lanzar al estilo Segunda Guerra Mundial con los sobornos que reciben del Kremlin y el dinero que han dejado de hacer por las sanciones, y por eso no se deciden definitivamente en apoyar de verdad a Ucrania.
Como la política occidental desde 2008 es oficial y oficiosamente el patadón p'alante, para esos enchufadetes va a ser muy seductora la idea de llegar a un acuerdo con la horda para que se queden lo que han invadido y que la siguiente guerra gorda se la coma la siguiente generación.
Por eso es crítico no negociar ni ceder con el khan mongol, ni ahora ni después de que fracase la siguiente movilización, porque con estos turcomongoles lo de negociar significa que van perdiendo y necesitan tiempo para volver a atacar a corto o largo plazo.