Hace poco escribí aquí sobre la poeta-colaboradora Evgenija Bilčenko y su amiga, la “buena rusa” Oksana Čelyševa, que lleva el “mundo ruso” a los finlandeses. Describí también a un personaje quintacolumnista: Vladímir Linderman, alias “Abelis”, quien organizó un atentado contra la presidenta de Letonia, Vaira Vīķe-Freiberga.
Hoy escribí sobre el “Lenin Negro” – Benis Aijo. No sé si lo habrán notado, pero detrás de todos esos propagandistas, te_rr_oristas y ase_sin_os siempre hay un rastro de nacbols (nacional-bolcheviques). ¿Y adivinen quién es el principal ideólogo de este movimiento en Rusia? ¡Aleksandr Dugin! El mismo que susurra al oído de Putin e inspira sus guerras depredadoras.
Durante la era soviética, Dugin era considerado un opositor y se movía en los círculos underground de la capital. Bajo el seudónimo artístico de Hans Sievers, componía canciones. Era amigo de J. Letov de “Graždanskaja Oborona”, del mítico creador de “Lenin es un hongo” Kuriokhin, y del escritor Edička Limonov. Con ellos, en los años noventa, empezó a madurar la idea de fundar el partido nacional-bolchevique.
En esa época, Dugin comenzó a presentarse como filósofo. Aunque nunca terminó estudios formales en filosofía, publicó en Italia, Francia y España, y allí tenía cierto éxito.
Después de fundar el partido nacional-bolchevique, Dugin recogió sus juguetes y se metió de lleno en la política oficial: se fue a trabajar como asesor en la Duma. Su compañero Limonov acabó en prisión. Parecía que tomaban caminos diferentes, pero si lo piensas bien, ambos trabajaban para el “mundo ruso”. La leyenda de Limonov como luchador contra el sistema fue solo un truco del FSB para atraer a la izquierda europea. El gran crítico de Putin y del Kremlin, Edička, en realidad apoyó todos los proyectos de Novorossiya de Dugin, y celebró la ocupación de Crimea y del Donbás.
El veneno propagandístico de Dugin se extiende tanto por la izquierda como por la derecha. Los derechistas asienten ante sus discursos sobre “valores tradicionales”, los decadentes Occidente y los “prides”, mientras que los izquierdistas se alimentan de la propaganda que este ideólogo sembró hace 30 años.
En aquella época, algunos periodistas se preguntaban de dónde sacaban dinero esos artistas andrajosos para fundar un partido y mantener una oficina en una zona prestigiosa de Moscú. Solo Dugin podría responder a eso, pero nunca lo hará.
Algunos especulan que ese dinero venía del Kremlin. ¿Te imaginas cómo trabaja el Kremlin y cómo planifica a largo plazo cuando invierte en su red de agentes y operaciones especiales? ¡A 10, 20, 30 años vista! Por cierto, en los años 2000, Dugin intentó contagiar a Arestovich con sus ideas del euroasianismo. Sí, ese mismo que se metió como asesor en la presidencia y que ahora trabaja contra Ucrania.
Stop frame: Dugin, Limonov y Letov presentan la idea nacbol.
Y mientras tanto... ¡dona al frente, para que el “mundo ruso” no llegue hasta aquí!